En Mayo realizamos una nueva ruta cervecera trapista. El equipo de cata era el habitual, nosotros y nuestros amigos Paul y Adela. Con estas nuevas visitas, ya nos queda muy poco para decir que hemos estado en TODAS las abadías que producen cerveza trapense (oficial). En concreto sólo nos faltan las siguientes:
- Achel, tanto en Bélgica (Hamont-Ache) como en Holanda (Valkenswaar).
- Engelszell, en Engelhartszell an der Donau, Austria.
- Spencer, en Spencer, Massachusetts, EE.UU..
En esta ocasión hemos visitado primero la Abadía de Sint-Sixtus van Westvleteren, en Bélgica y después hemos proseguido viaje hasta Francia para probar la cerveza de la Abadía de Sainte Marie du Mont des Cats. En la primera, es necesario solicitar con mucha antelación el pedido de cerveza que te quieras llevar a casa. De lo contrario sólo puedes beberla allí mismo en un bar-restaurante. Eso hicimos, un tapeo regado con productos cerveceros, rubios y morenos. Fué fundada en 1838 y como he dicho antes su cerveza no se vende al por mayor.
En Francia puedes pedir lo que quieras, no hay restricciones en la tienda de la Abadía. Eso sí, un consejo. Si quieres comer (como nosotros) no lo hagas en el restaurante que se encuentra justo en la abadía, sino en uno camino de ésta, subiendo por la carretera a la izquierda que se llama L'Auberge du Catsberg. Sus precios son más económicos y, al mismo tiempo, puedes tomarte toda la cerveza Mont des Cats que quieras. Su nombre proviene de la colina donde se encuentra el monasterio, de 164 metros, cerca del pueblo Godewaersvelde, en la Francia flamenca. Los monjes elaboran igualmente un queso muy apreciado desde 1890.
Concluidas las visitas programadas nos dirigimos a Gent, donde haríamos noche. Tanto durante la tarde que llegamos como a la mañana siguiente, realizamos visitas turísticas y, como no, probamos las cervezas locales de esta preciosa ciudad belga.
Actualmente es la ciudad flamenca con mayor número de edificios
históricos, una intensa vida cultural y una situación privilegiada,
entre Brujas y Bruselas. Es el cuarto municipio belga en cuanto al número de habitantes. Gent (Gante en castellano), además de brindar un interés arquitectónico elevado, ofrece
diversos museos, muchas tiendas, restaurantes y una vida nocturna
emocionante con numerosos conciertos. Cualquier noche es buena para
disfrutar de un concierto de jazz gratuito en algunos de los numerosos
bares que existen en la ciudad. Es una ciudad muy importante en el
sentido económico, ya que por el canal de Gante a Terneuzen los barcos
pueden llegar desde el mar hasta el puerto.
Lo hemos disfrutado a tope y estamos deseando realizar una nueva salida. Quizás acabado el verano, en la entrada del otoño. Ya os contaremos. Javier
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