Aprovechando que durante las vacaciones de abril-mayo nos desplazábamos un fin de semana a Alicante para asistir a la boda de nuestra amiga Isabel (anestesióloga que estuvo rotando en cirugía cardíaca en Rotterdam), decidimos pasar a la vuelta por Cartagena para visitar a nuestros viejos conocidos Feli, Vitto y sus hijos, Víctor y Ainoa.
Encontramos Cartagena (después de más de 10 años) no muy cambiada, y especialmente Santa Ana, donde vivíamos, casi igualita que entonces. En general, la impresión es de un poco de "desolación". La verdad es que el entorno no ayuda mucho, pues todo está semiseco, no hay a penas vegetación. El domingo durante el día no se veía ni un alma en el trayecto entre Santa Ana y la ciudad. Parecía un pueblo del oeste, polvoriento y solitario.
Comimos de lo lindo en la Azohía. Pero antes de llegar allí Vitto nos ofreció un tour por la Batería de Costa de Castillitos, dirección al cabo Tiñoso. Espectacular!.
La batería fue construida y artillada entre 1933 y 1936 según como se proyectó en el año 1926, durante el programa de dotación de un cinturón defensivo a la estratégica plaza de Cartagena por la dictadura de Primo de Rivera. Castillitos fue dotada con dos cañones de costa de la empresa británica Vickers-Armstrongs, del modelo 38,1/45 cm (quince pulgadas). Estas piezas tenían la potencia suficiente como para disparar un proyectil de casi una tonelada a 35 kilómetros.
Su labor era proteger la entrada a la bahía de Cartagena junto a su gemela, la Batería de Cenizas sita en el cabo Negrete, en un fuego cruzado que impidiese la entrada de elementos hostiles. Durante la Guerra Civil Española realizó una descarga contra la flota del bando sublevado en abril de 1937, si bien la presencia de las fortificaciones que rodeaban la ciudad bastó para amedrentar a las naves rebeldes.
Terminada la contienda, en 1942 se le añadió una nueva dirección de tiro y se estudió apoyarla con telémetros y grafómetros colocados estratégicamente, si bien finalmente se desistió. Permaneció en servicio hasta 1994, cuando se procedió a la aplicación del Plan NORTE, que buscaba un mayor aprovechamiento de los recursos de las Fuerzas Armadas. Desde entonces la batería se vio abandonada y víctima de un progresivo deterioro, con sus cañones inutilizados, hasta que en 2009 el Ministerio de Medio Ambiente decidió hacer una inversión con la que se restauró la fortificación y se hizo visitable.
Castillitos está situada a una cota de 250 metros de altura, y su fachada fue construida imitando un castillo medieval, siguiendo un estilo historicista con influencias del eclecticismo y el modernismo, corrientes en boga en aquel momento. La arquitectura de la batería tiende a ocultarse excavando en la montaña o imitar la textura de la roca para impedir su visión desde la lejanía. Una vez dentro del complejo, cada pieza de artillería cuenta con una sala de máquinas, almacenes de pólvora y repuestos y una cámara de carga. También cuenta con un aljibe.
Muchas gracias, Feli, Vitto, Ainoa y Víctor por vuestra hospitalidad. Lo pasamos bomba. Besos y abrazos. Javier
Comimos de lo lindo en la Azohía. Pero antes de llegar allí Vitto nos ofreció un tour por la Batería de Costa de Castillitos, dirección al cabo Tiñoso. Espectacular!.
La batería fue construida y artillada entre 1933 y 1936 según como se proyectó en el año 1926, durante el programa de dotación de un cinturón defensivo a la estratégica plaza de Cartagena por la dictadura de Primo de Rivera. Castillitos fue dotada con dos cañones de costa de la empresa británica Vickers-Armstrongs, del modelo 38,1/45 cm (quince pulgadas). Estas piezas tenían la potencia suficiente como para disparar un proyectil de casi una tonelada a 35 kilómetros.
Su labor era proteger la entrada a la bahía de Cartagena junto a su gemela, la Batería de Cenizas sita en el cabo Negrete, en un fuego cruzado que impidiese la entrada de elementos hostiles. Durante la Guerra Civil Española realizó una descarga contra la flota del bando sublevado en abril de 1937, si bien la presencia de las fortificaciones que rodeaban la ciudad bastó para amedrentar a las naves rebeldes.
Terminada la contienda, en 1942 se le añadió una nueva dirección de tiro y se estudió apoyarla con telémetros y grafómetros colocados estratégicamente, si bien finalmente se desistió. Permaneció en servicio hasta 1994, cuando se procedió a la aplicación del Plan NORTE, que buscaba un mayor aprovechamiento de los recursos de las Fuerzas Armadas. Desde entonces la batería se vio abandonada y víctima de un progresivo deterioro, con sus cañones inutilizados, hasta que en 2009 el Ministerio de Medio Ambiente decidió hacer una inversión con la que se restauró la fortificación y se hizo visitable.
Castillitos está situada a una cota de 250 metros de altura, y su fachada fue construida imitando un castillo medieval, siguiendo un estilo historicista con influencias del eclecticismo y el modernismo, corrientes en boga en aquel momento. La arquitectura de la batería tiende a ocultarse excavando en la montaña o imitar la textura de la roca para impedir su visión desde la lejanía. Una vez dentro del complejo, cada pieza de artillería cuenta con una sala de máquinas, almacenes de pólvora y repuestos y una cámara de carga. También cuenta con un aljibe.
Muchas gracias, Feli, Vitto, Ainoa y Víctor por vuestra hospitalidad. Lo pasamos bomba. Besos y abrazos. Javier
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