Os acordáis de la "criatura negra"?. Así lo narraba hace poco más de un año, para ser preciso en Junio de 2011. En aquellas fechas llegaba a casa nuestra venerable Triumph Tiger, moto trail de 800 cc, tricilíndrica característica de la reputada marca británica. Hasta el pasado jueves esta criatura fué nuestra fiel amiga, hasta que experimentó una extraña mutación genética y se convirtió en otro ser completamente distinto.
El día que llegó la criatura negra a casa.
La mutante, también en color negro, combinado con dorados, es la Triumph Street Triple R (ST), que conjuga características de la Daytona y de la Speed Triple, en su versión más deportiva ( de ahí la coletilla "R"). Hemos pasado de una moto de trail, alta, de fácil conducción y cómoda, a una roadster o streetfighter como otros las llaman, con un carácter más deportivo y "juguetón". Las diferencias son bien patentes. Pasamos de una 800 a otra de 675, pero sin merma de potencia, con mayor par pues aplica a los 189 kilos de peso 106 caballos, a diferencia de la Tiger que con 210 kilos aplicaba 95 caballos. La ST presenta un centro de gravedad más bajo, se llega mejor al suelo (por lo menos yo), y tiene una postura de conducción indudablemente más agresiva y deportiva, sin merma del confort general.
Las mejoras de la versión "R" con respecto a la ST básica son unos frenos más deportivos y potentes, doble disco flotante de 308mm, con pinzas radiales Nissin de 4 pistones para el delantero y disco de 220mm, con pinza Nissin monopistón para el trasero. Agarran como una lapa al asfalto cuando los aplicas (no hablamos de ABS porque no viene ni como opción). El otro punto a destacar son unas suspensiones ajustables en precarga, rebote y compresión: horquilla invertida Kayaba de 41mm y amortiguador Kayaba monoshock de 130 mm de recorrido de rueda.
Además la mutante viene con unos "añadidos": silenciosos Arrow slip-on "street legal" que le confieren unos sonidos graves súper "monstruosos", quilla y cúpula del mismo color de la moto, protectores de radiador, asa para pasajero, intermitentes LED delanteros y traseros (integrados en los LED de frenada), entre los más importantes.
Esta moto, de menor peso y más apta para mi estatura me confiere el confort y la manejabilidad que buscaba para un uso diario (salvo por inclemencias del tiempo) y de escapadas fin de semana a distancias cortas/medias preferiblemente fuera de las autopistas, sin hacer largos recorridos ni viajes de varios días. Después de manejarla y sentir su poderío, su ronco rugido, su aceleración punta endiablada, no he tenido más remedio que someterla a una inmovilización preventiva con mis candados y cadenas. Javier
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