Ya concluyó todo. Vaya Domingo que vivimos. La última jornada del North Sea Jazz Festival, repleta de sorpresas y, cómo no, la final de la Copa del Mundo en la que España puso a sus pies a los marrulleros naranjitos, como ya hicimos en 1625, en la ciudad de Breda, donde capitularon frente a la hegemonía y el poderío de nuestros tercios.
Copa del Mundo y nuestros Tercios sometiendo a los Flamencos.
Sobre las 16:00 partimos hacia el Ahoy. Decidimos hacer uso de nuestras camisetas de La Roja, aunque sabíamos que en territorio hostil eso suponía un gran atrevimiento y gran osadía, pues estaríamos entre miles de holandeses, dentro de la gran “marea” naranja. Como todo buen español que se precie, lo primero era nuestro honor y orgullo por nuestro país y nuestro equipo. Si salía mal la cosa, estábamos preparados para hacer lo que fuera necesario, incluso repartir “tortas”. Al final no hizo falta, y eso que éramos los únicos españoles llevando encima la camiseta de La Roja. Un par de huevos es lo que tuvimos.
Antes de salir de casa recibimos, no podía ser de otra forma, las buenas intenciones de los vecinos, con los que nos llevamos muy bien.
Las holandesas siempre tratan de llevarte a su “terreno”. Yo siempre me mantuve firme.
Carmen con nuestro vecino Andre y en los alrededores del Ahoy con las latas de cerveza.
Nosotros también les deseamos lo mejor, aunque estábamos convencidos de que la victoria sería nuestra.
Cuando llegamos al Ahoy, pasando por la entrada principal fuimos parados por el personal de Seguridad que nos sometió al control de nuestras mochila y neverita. Al comprobar que llevábamos 8 latas de cerveza nos informaron que eso no estaba permitido, así que teníamos dos opciones: dejarlas allí o salir de nuevo para bebérnoslas. Decidimos lo segundo, así que antes de disfrutar de la música, nos tomamos toda la logística de cerveza fría que transportábamos. Yo creo que las camisetas rojas “cantaban” demasiado y fuimos presa fácil de los perros guardianes. Ya sólo nos quedaban dos botellas de agua fría.
Una vez pudimos entrar con normalidad en el Festival, nos hicimos un recorrido o plan sobre la marcha, habida cuenta del tiempo perdido durante la ingesta de cerveza y la gran cantidad de gente que este día había acudido al NSJF.
Buddy Guy en la sala Nile fué imposible de ver, al igual que la Shibusa Shirazu Orchestra en la sala Congo, así que nos dirigimos a escuchar la Drake University Jazz Ensemble One, que no estaba mal para calentar oídos, pero que tampoco sobresalía fuera de lo normal para una banda de jóvenes universitarios americanos. A renglón seguido intentamos entrar en la sala Hudson donde se encontraba el Ornette Coleman Quartet con la presencia invitada de Bachir Attar y The Master Musiciansof Jajouka, y James Blood Ulmer…imposible, estaba vol/full. Esto es lo que ocurre en este tipo de eventos con formato abierto, que si no estás con tiempo suficiente y el día está con máxima audiencia, te quedas fuera.
La primera gran actuación que realmente presenciamos fué la de Joss Stone, británica de poderosa voz, ideal para una cantante de soul, que junto a una banda y coros envidiables hicieron “migas” con el público.
La siguiente parada fue en una sala más pequeña, donde actuaba el pianista cubano Alfredo Rodríguez con su trío. Este “explosivo” pianista, exiliado en los EE.UU., tiene como padrino al mismísimo Quincy Jones, y es la primera vez que como trío hace un tour por Europa. Todas sus piezas fueron un juego musical increíble junto a la percusión y el bajo que le acompañaban. Técnicamente perfecto. Se oía “bravo” por toda la sala.
La que iba a ser una gran sorpresa del día fué el evento que protagonizó Dave Holland y Pepe Habichuela Flamenco Quintet, la mezcla entre Flamenco y Jazz con la originalidad y la gracia que sólo un granadino y su gente están acostumbrados a hacer. Coetáneo de figuras tan importantes como Paco de Lucía, Camarón, Enrique Morente y Manolo Sanlúcar, el Habichuela acompañado de Josemi Carmona, y de la mano del bajista inglés Dave Holland, leyenda en la historia del Jazz y gran improvisador, forman desde 2006 una experiencia musical en la que el Flamenco demuestra una vez más que, sin perder sus orígenes, sufre metamorfosis con otros ritmos y estilos musicales, sin perder un ápice de calidad y originalidad. Hasta el público gritaba Olé!. Por desgracia no hay video que os pueda ofrecer, delatando todavía los obstáculos que estas iniciativas encuentran en los organizadores. Sólo os puedo dejar las imágenes de este gran espectáculo tomadas in situ.
Distintos monentos del concierto de Dave Holland y Pepe Habichuela.
Acabando nuestro deleite y como a causa del fútbol las grandes actuaciones se demoraban hasta la finalización de la Final, no pudimos hacer otra cosa que ver lo que restaba de la segunda parte, la prórroga y la proclamación de España como Campeona Mundial de Fútbol, para seguidamente, con bastante retraso sobre el horario previsto, ser testigos de la primera vez que Stevie Wonder actúa en el NSJF. Sin comentarios (porque sobran).
Tuvimos que salir antes de tiempo del Festival porque el transporte público no tenía el horario ampliado de días atrás, así que sobre las 12:00 de la noche ya estábamos en camino de vuelta a casa.
No quisiera dejar de comentar que, pese a nuestra osadía (ir vestidos de “La Roja”), no tuvimos incidentes con los aficionados naranjas. Un par de chicas comentaron a nuestro paso que “olía mal”, seguramente creyendo que no entendíamos ni jota del neerlandés, otra chica en el metro nos levantó el dedo medio en ademán de insulto, a lo que yo le contesté con el signo de la victoria y una gran sonrisa, y poco más, pero sobre todo caras de perplejidad al vernos pasar tan tranquilos. Algunas personas, 2 ó 3, nos felicitaron por el éxito obtenido de nuestra selección. Todos los demás…silencio. Lo importante de todo es que la TV lo ha mostrado al mundo entero, como un equipo trata de hacerlo bonito mientras que otro juega lo más sucio que puede:
Patada de De Jong a Alonso, así juega Holanda (qué pena) y recorte de la prensa que dice: Otra vez no, Holanda de duelo, la tercera vez en la historia de la selección holandesa que no ha podido alcanzar el título mundial. El español Iniesta, en el minuto 116 hizo girones el sueño holandés.
En resumidas cuentas, día muy completo y con la victoria final de nuestro equipo en Sudáfrica. No sé si se repetirá otra vez, pero aquí, en terreno hostil, podemos decir que estos andaluces en Rotterdam mostraron también la furia y desparpajo como españoles. Hasta el año que viene en el NSJF. Javier
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