Carmen, Javier, Javi y Darío presentan su quehacer diario a familia y amigos. Desde Rotterdam (Holanda) os mantenemos informados de todo lo que nos envuelve en nuestras vidas.
Rotterdam
jueves, 31 de marzo de 2016
Tomándonos unas cervezas
La Abadía Sint Benedictus, más conocida en estas tierras como Achelse Kluis, se encuentra justo en la frontera entre Holanda y Bélgica, entre las provincias de Nord-Brabant (NL) y Nord-Limburg (B), entre las localidades de Warmbeek (B) y Tongelreep (NL). Los monjes cistercienses reconstruyeron la abadía tras la segunda guerra mundial y hoy en día los alrededores son un parque natural y recreativo de libre acceso. Desgraciadamente no se puede visitar por dentro, pero si se accede a su tienda, capilla y cafetería/restaurante donde se puede tomar la cerveza de barril.
En la familia de cervezas Achel tenemos de 5% de contenido alcohólico (la servida de barril en la misma abadía), de 8,5 y de 9% (estas embotelladas y comercializadas). En cada grupo tenemos cerveza rubia (blond) y oscura (bruin).
Para pasar la noche del sábado al domingo nos dirigimos a Eindhoven donde paseamos y cenamos en la ciudad. El domingo también nos hicimos un recorrido turístico que Paul tenía preparado y tras el almuerzo nos volvimos a Rotterdam.
Eindhoven es la quinta ciudad de los Países Bajos. La historia escrita de Eindhoven comienza en 1232, cuando el Duque de Brabante Hendrik I otorgó derechos de ciudad en Holanda a Endehoven, entonces un pequeño pueblo en la confluencia de los canales Dommel y Gender. En el momento de la concesión de la carta real, Eindhoven contaba aproximadamente con 170 casas rodeadas por una muralla defensiva. En el exterior del recinto amurallado había un pequeño castillo. A la ciudad se le concedió también el derecho a organizar un mercado semanal, y los granjeros de poblaciones vecinas eran obligados a ir a Eindhoven a vender sus productos.
Hacia 1388, las murallas de la ciudad fueron ampliadas, y entre 1413 y 1420 fue construido un nuevo castillo, esta vez en el interior del recinto amurallado. En 1486, Eindhoven fue saqueada y quemada por tropas de Gelderland. La reconstrucción se terminó en 1502, con una muralla más fuerte y un nuevo castillo. Sin embargo, en 1543, Eindhoven cae otra vez: sus obras de defensa se abandonaron debido a la escasez de recursos.
Durante la Revuelta Holandesa, Eindhoven cambió de manos varias veces entre los neerlandeses y los españoles, hasta que finalmente en 1583 fue capturada por las tropas españolas y las murallas fueron destruidas. Eindhoven no volvió a formar parte de los Países Bajos hasta 1629.
Durante el siglo XIX la actividad industrial se centró en un principio en manufacturas de tabaco y textiles. Posteriormente, la industria creció espectacularmente gracias al gigante de la iluminación y la electrónica Philips. Esta compañía fue fundada en Eindhoven en 1891, y comenzó su actividad fabricando bombillas incandescentes.
El rápido crecimiento de la industria en la región y la posterior necesidad de vivienda de los trabajadores provocaron cambios radicales en la administración, ya que Eindhoven todavía conservaba los límites de la época medieval, debido a la existencia de un canal que rodeaba la ciudad. En 1920, los cinco municipios suburbiales de Woensel (al norte), Tongelre (este y noreste), Stratum (sudeste), Gestel en Blaarthem (sudoeste) y Strijp (oeste), los cuales sufrieron cambios drásticos debido a la falta de viviendas, fueron incorporados en la nueva municipalidad de Groot-Eindhoven ("Gran Eindhoven"). Posteriormente, el prefijo "Groot-" fue retirado.
Durante la segunda guerra mundial fué una ciudad duramente castigada y destruida por bombardeos tanto alemanes como aliados, quedando pocos edificios históricos en pie. Fue reconstruida poco a poco, y entre los lugares más llamativos se encuentran la estación de trenes y la primera tienda de la cadena de Bijenkorf en Holanda (como El Corte Inglés en España). Como hicimos nosotros, la Iglesia de Santa Catalina es una visita obligada.
Eindhoven es una ciudad típica del sur del país, menos protestante y con mucha "marcha" nocturna. Seguramente eso es algo heredado de aquellas tropas españolas de los Tercios de Flandes!!. ;-)
Bueno, ya basta de hablar (escribir) y ahora queda tiempo de ver qué fue lo que hicimos. Javier
lunes, 28 de marzo de 2016
Todos los caminos llevan a......Roma
Tendríamos la oportunidad de visitar la única Abadía Trapense italiana productora de cerveza: Tre Fontane, en via Laurentina. Es una cerveza de alta fermentación, 8,5% de alcohol, de color dorado intenso y sabor, sorpresa!, a eucalipto. Esa es la característica más impactante que no nos termina de encajar, aunque tomándola bien fría entra fácilmente, sobre todo cuando el tiempo es cálido y soleado.
La Abadía Tre Fontane se encuentra en Roma, en el lugar sagrado donde se recuerda el martirio de San Pablo que aconteció en el 67 DC y tradicionalmente debe su nombre a las tres fuentes milagrosas nacidas del contacto de la cabeza del apóstol sobre el terreno tras ser decapitado. En los Anales del Papa figura que en 1140 el Papa Inocencio II mandó restaurar el bloque de edificios que en aquel momento estaba abandonado y tras expulsar a los últimos cluniacenses, «lo cedió en agradecimiento a San Bernardo y a la congregación cisterciense».
Hoy en día toda la zona está rodeada de hermosas plantas de eucalipto que los monjes trapenses comenzaron a plantar con éxito en 1870 para fomentar la recuperación de la zona afectada por la malaria en aquellos tiempos. En 1873, el estudio y los conocimientos profundos de esta planta llevaron a la comunidad trapense a la producción del extracto de eucalipto, que fue apreciado de inmediato por sus excepcionales propiedades balsámicas y antisépticas, y posteriormente del Eucaliptine, un agradable licor digestivo de perfume intenso y aromático.
Mucho más recientemente, gracias al redescubrimiento de una antigua receta, se inició la elaboración de la cerveza que se sirve de la sabiduría milenaria de los monjes de la abadía. Transcurrieron varios años de intenso trabajo para refinar la calidad de la cerveza pero, finalmente, en mayo de 2015, se le otorgó finalmente el logotipo ATP (Authentic Trappist Product).
Del resto de la visita a Roma decir que es una ciudad portentosa a nivel de patrimonio monumental y artístico, pero que tanto arte no compagina muy bien con el descuido, suciedad, aglomeración de turistas por doquier, mendicidad y caos circulatorio. Además, para poder comer una pizza auténtica hay que realmente hacer una búsqueda minuciosa y retirarse de las zonas céntricas para buscar los locales eminentemente italianos, con precios más acordes al bolsillo del romano y con la calidad que se espera de estos platos universales.
Un fin de semana de San Valentín a la romana, gozado en la capital italiana que valió la pena a pesar del desencanto como ciudad del Sur de Europa. Javier
domingo, 27 de marzo de 2016
Fantástico Febrero
Al mes siguiente volvimos a pasar una semanita en Jerez, esta vez acompañados de Darío, que tenía sus vacaciones del colegio (semana blanca).
Siempre que podemos nos gusta ir a los restaurantes/ventas/tabernas para gozar de la riqueza culinaria de nuestra tierra. Y si es con familia y amigos mejor.
Una de nuestras primeras citas fue en el restaurante Mesón Hermanos Carrasco, con Elías y M. Nieves. Es uno de los mejores sitios para comer y cenar, eso sí tienes que reservar con antelación porque normalmente está “hasta la bandera” siempre. Sus platos son extraordinarios por el diseño, calidad y originalidad. Siempre con la mejor materia prima, especialmente de la zona, recreados por el chef, Juan Manuel, que da vida a materia muerta convirtiéndola en sabroso plato que deleita el paladar más “cerrado”. El servicio excelente, super profesional. Allí puedes beber el caldo más exquisito, pues su vinoteca es extensísima, como no podía ser menos. El disfrute llega hasta los postres.
Los hermanos en los entremeses.
El resto de comensales con Darío.
Brindando con el sorbete a los postres.
Otra de las visitas “fijas” es a la Venta Esteban. Más tradicional, pero donde te reencuentras con esos platos que recuerdas de cuando eras mucho más joven. Me comí un plato de menudo estupendo. Muy buena relación calidad/precio. Nunca te defraudará. También muy concurrido, mejor reservar.
A la entrada, con uno de los iconos de Jerez, la botella de fino Tío Pepe.
A las afueras, pasando el Monasterio de La Cartuja, en la pedanía de La Ina está la Venta Lomopardo. Otro lugar fijo para ir a comer. Muy buenos precios para la calidad que ofrece. Todo al estilo “casero” y “rural”. Las carnes de caza son una buena elección. Servicio también impecable. Si hace sol, como ocurrió aquel dia, la terraza en el exterior es magnífica para almorzar.
Primero la cervecita con el aperitivo.
Qué buenas las “papa aliñá”.
De vez en cuando realizamos alguna visita de interés. Nos dirigimos al casco antiguo de Sanlúcar de Barrameda, donde pudimos visitar la/s bodega/s de Barbadillo, famosas por su manzanilla y el vino blanco Castillo de San Diego. Aunque tiene en su portfolio más productos, desde vinos tintos a licores y brandies, pasando por vinos de la denominación de origen Jerez.
En el punto de información de las Bodegas Barbadillo.
Antigua máquina de embotellado.
El olor, la temperatura, la luz y el silencio. Así nace el vino.
Las criaderas. Hay que vivirlo con los 5+ sentidos.
No creáis que todo es beber y comer. Hacemos mucho deporte. Salidas casi diarias con la MTB. Y algún partido de paddle con Rubén. Aunque después del partido siempre hay tiempo para recuperar lo gastado con una buena cena, esta vez a lo italiano.
Justo esta semana se celebraba un evento cervecero en la ciudad, donde se podía degustar cerveza elaborada artesanal. En este restaurante italiano probamos una de ellas. No está mal para una ciudad con poca “historia” cervecera. Quién sabe si algún día se codearán con los productores belgas y holandeses ;-) . Javier
Primera escapada a Jerez
Este año 2016 empezamos nuestras “escapadas” a Jerez bastante pronto. Enero fué el mes escogido para entrar con buen pié en el nuevo calendario. Desgraciadamente nuestras vacaciones coincidieron con el fallecimiento de la abuela Conchita, la madre de Carmen. Hija y madre pudieron compartir los últimos momentos juntas. Hasta Javi y Darío volaron a Jerez para asistir al sepelio junto con todos los miembros de la familia. Fueron días de gran intensidad emocional y tristeza, sobretodo para Carmen. Para mitigar un poco la convulsión vivida, organizamos junto a Rubén una salidita en mountainbike por la campiña jerezana, la laguna de Medina y alrededores. Javier
Tomando un descanso con el desayuno por el camino.
Carmen a la subida de una empinada cuesta.