La crisis global

Equivocados están aquellos que piensan que la crisis es sólo un problema de los países del Sur. Si bien es cierto que los niveles de corrupción, disfunciones legislativas, descrédito político, lentitud en los procesos que atañen a la justicia, mal funcionamiento del aparato público y un largo etcétera, no ayudan mucho a levantar esta gran recesión en los países PIGS, también el resto de Europa siente los coletazos de la recesión económica. Esto debería tener consecuencias en las decisiones de las masas migratorias del Sur de Europa, pues ya no pueden pensar que los territorios del Norte les pueden dar la bienvenida con los brazos abiertos. Esto sólo puede ocurrir cuando se den necesidades específicas (profesiones altamente demandadas) y haya un acuerdo previo entre partes contratantes y contratados. Olvídense los buscadores "espontáneos" de trabajo, salvo que quieran sufrir un drama más esperpéntico que el que viven actualmente en sus lugares de procedencia.
Sin ir más lejos, Holanda sufre en la actualidad un paro del 8,1%. Esta cifra no es comparable con más del 25% de paro existente en Españistán (más del 50% en los jóvenes), pero empieza ya a preocupar a los políticos y al Gobierno Holandés. La diferencia aquí es que se toman medidas de "choque", contundentes y efectivas (no todas populares) que contrastan con el "mareo de la perdiz" y el "maricón el último" que se aplican en otros países.
En el acuerdo social que se debate estas semanas aquí, se proponen medidas que afectan por ejemplo a la política fiscal, laboral, a las futuras pensiones y, en lo que concierne al paro, a las reglas que se aplicarán para evitar que el número de parados llegue a cifras alarmantes.
El parado que tras un período de 1 año (se convierte en parado de larga duración) no acepte las ofertas que el UWV (instancia que controla y administra el subsidio de desempleo) le proponga, se arriesga a ser multado y/o a ver disminuido el subsidio. Con el nuevo acuerdo social se quiere disminuir ese "tiempo de gracia" a seis meses, a aplicar a partir de 2016. La oferta vinculante puede ser de un empleo diferente al ejercido y, por supuesto, con un nivel retributivo por debajo del acostumbrado. Es decir, o trabajas de esto, o se te acabó la "teta" del Estado.
Un ejemplo, tomado de un artículo reciente del periódico NRC de hoy: Robin Nobbe, de 46 años, era contable y consejero-reclutador en una empresa del sector TI, hasta que perdió su empleo. Ahora desempeña las labores como basurero porque no puede encontrar empleos acordes a su perfil laboral previo y esto es lo que le ofrecen desde la oficina de empleo. Lejos de venirse abajo, Robin realiza su función y no pone pega alguna. El sabe que debido a su edad tampoco va a estar mucho tiempo en su nueva función. Muchas veces en la vida tienes que hacer cosas que jamás hubieras pensado hacer.
Cuando las necesidades lo exigen, uno debe ser flexible y adaptarse a nuevos parámetros. No puedes encabezonarte en quedarte en tu casa, ciudad, país, cuando sabes que todo va a ir a peor, y debes aceptar realizar quizás funciones que no se adaptan al "perfil" inicial por tu experiencia y/o formación. Lo importante es que puedas comer, vestir, vivir, que no te desahucien, que tu familia "tire palante". Este ya no es un mundo de sueños ni de ideales. Es un mundo de lucha y supervivencia. Sólo espero que la gente aplique estas medidas también en sentido inverso, con su voto, para que los que están arriba también vean venir las orejas del lobo y aprieten el ojete (#no les votes). Javier

Un poco más información para los más interesados, en este artículo sobre explotación de los emigrantes españolitos en Alemania.

Para los que dominan el idioma de Goethe, este interesante reportaje aparecido en Der Spiegel:

Vale!.  Para los que dominan sólo el inglés, aquí la traducción. Buena lectura, muchach@s.