Qué tensión!

Son las cinco de la tarde. Estoy como ¨borracho¨ de no haber descansado lo suficiente. Todo es debido a la guardia de ayer. Empecé a las 8 de la mañana con el paciente que tenía programado, un señor de 70 y tantos años para un bypass aortocoronario y recambio de válvula aórtica. Todo fué normal y a las 3 de la tarde ya estaba el paciente en la UCI. Vistas las guardias que he tenido, el mayor miedo (o frustración) son las reoperaciones, que como todos sabemos se deben bien a una hemostasia deficiente del cirujano bien a las alteraciones del sistema de coagulación que acarrea la circulación extracorpórea y son inevitables. No hay casi ninguna guardia que no tenga que meterme con alguien por un sangrado no controlado. Pero este no fue el caso ayer. Cuando terminé con un segundo bypass de un colega mío que terminó su jornada (para eso están los que se quedan de guardia), un abuelito de 82 años pero que se ¨portó¨ fabulosamente, me notificaron que había un donante de corazón en Munich (Alemania) y que el receptor era uno de nuestros pacientes, una chica de 17 años con una miocardiopatía dilatada y con corazón artificial puente al transplante ingresada en el Sofia, el hospital pediatrico que se encuentra al lado del Erasmus. La tensión se elevó por momentos, era mi primer TRANSPLANTE DE CORAZON. Por problemas con el helicóptero y el mal tiempo, no pudimos empezar hasta eso de las 12 y media de la noche. Tuve la suerte de contar con Rob, teamleader del grupo de anesthesie-medewerkers (enfermeros de anestesia), que ya tiene una larga trayectoria y muchísima experiencia en cirugía cardiotorácica. Como él después dijo, es la primera vez la que mejor se recuerda, y eso fué lo que nos ocurrió, pues todo salió ¨según protocolo¨. La chica no presentó complicación ninguna y salimos de bomba con mucha facilidad. A eso de las 7 de la mañana de hoy ya estábamos en la UCI y me pude marchar a casa. Es una sensación de cansancio mezclado con alegría por haber ayudado a salvar una vida que tenía sus horas contadas. Había que ver a esta perqueña paciente de tan sólo 43 kilos. Explicar cómo se lleva a cabo un transplante me llevaría muchísimo tiempo, pero hay que decir que estamos involucrados un gran número de personas: los dos grupos de cirujanos, uno que opera y recoge el órgano donante y lo traslada al hospital, y otro el que ya ha empezado con el receptor, lo prepara y finalmente transplanta el órgano, asistentes de cirugía y enfermería, anestesista y enfermero/a de anestesia, coordinador de transplante, personal de quirófanos, medios de transporte (en este caso fué un avión), laboratorio de hematología, cardiólogos, etc., etc.. Bueno, a pesar del stress sufrido, vale la pena el trabajo si los resultados fueran todos como el obtenido en este caso. Guardaré una copia del registro de anestesia de este mi primer transplante y que me lo ha firmado como recuerdo mi colega Rob. Creo que esta noche dormiré como un oso. A partir de mañana estaré en Nueva York en el congreso de la PGA haciendo algunos talleres y atendiendo conferencias, pero eso ya es otro cantar....Javier