Acabo de leer en Diario Médico las propuestas del Consejo de la Profesión Médica de Cataluña ante los problemas de la Sanidad Pública, sobre todo en lo que refiere a sus médicos. Es una auténtica vergüenza y desmoraliza al más optimista.
Una de sus conclusiones es que Cataluña ha dejado de ser "atractiva" para mis colegas, con una creciente necesidad de especialistas como Anestesiólogos, Radiólogos, Pediatras y Ginecólogos, y que muchos de los médicos jóvenes hacen lo que yo, emigran a otro país de la Unión Europea.
Las causas se achacan a un tal "equilibrio regional" alcanzado en nuestro país y a la sobredimensión de los servicios quirúrgicos.
A todo ello debo decir que el problema no es único de Cataluña, es un mal generalizado en España. Sólo hace falta pasarse por los Servicios de Salud de Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha, etc.. Hay hasta contrataciones incentivadas de médicos provenientes del Este de Europa para paliar tal situación. ¡Parece que son bastante imaginativos los responsables de los Sistemas de Salud!. Si por una parte se escudan en la población para hacer lo que les viene en gana (la manipulación informativa del ciudadano español es total), por otra dejan caer el peso de los costes de este Sistema de Salud español en los salarios de sus médicos. ¿Por qué no se piensa ya en un copago alternativo?. Al ritmo que vamos no hay país que pueda soportar esta carga económica (por eso vienen a operarse tantos "turistas" a nuestro país). Pero eso es políticamente "incorrecto", aunque haya países de nuestro entorno que funcionen de manera diferente a la nuestra.
Cualquier informe medianamente serio sobre la remuneración de profesionales de la salud deja a España en los lugares de cola de la Unión Europea pero, por otra parte, cada presidente autonómico y el mismo Zapatero se consideran líderes de las primeras regiones y naciones europeas...y una mierda para todos!.
En este contexto de esclavitud total (muchas veces por la propia apatía y escasa motivación de mejora de la clase médica) no es de extrañar que los más jóvenes piensen que aquí es imposible desarrollar una carrera que ha costado tanto esfuerzo y años de ardua preparación. Por cierto, los servicios hospitalarios, así mermados, tienen que soportar una carga de trabajo muy superior de la que permitiría un trabajador normal, vulnerando hasta las propias leyes españolas y europeas sin que nadie se inmute lo más mínimo. Es una situación de impunidad total, de injusticia, de verdadera "idiosincracia" española.
Pero para rematar la faena, a este Consejo de Sabios no se le ocurren otras soluciones que concentrar especialistas y demorar la edad de jubilación hasta los 70 años. No comments!.
Por mucho que se incentive una atención primaria de gran resolución y servicios de urgencias escalonados, al ritmo que vamos con la emigración creciente y el progresivo envejecimiento de la población, esas no pueden ser medidas que mejoren el panorama actual.
¿Qué pediría yo?. Que me traten con más respeto, que me ofrezcan un salario verdaderamente europeo, que respeten mis horas de descanso y mi tiempo libre, que incentiven mi formación continuada, que valoren mi experiencia y no apliquen un modelo de carrera profesional que parece que está hecho para "callar bocas" con la sumisión de sindicatos de clase que ni luchan ni nos defienden.
Llegados a este punto, sólo me queda presagiar que no veo claros en el horizonte, más bien nubes borrascosas. El nivel tan decepcionante que se ha alcanzado en la política española, la sensación de constante impunidad, de corrupción global, de separación entre regiones, con visiones no unitarias, diversificadas según conveniencias de todo tipo, y mientras los Gerentes y Directores se lleven al bolsillo lo que sí parece no tiene límites, seré ciudadano europeo antes que español. Aconsejo a compañeros jóvenes que se planteen residir y trabajar en un país que los valore y les pague como se merecen. Y por último, sugerir que los Colegios Profesionales desaparezcan o pasen a ser clubs de jubilados. Su función es meramente decorativa para el médico de nuestros días que necesita alguien que sí los defienda y no les saque los cuartos. He dicho. Javier
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