Acabo de leer una noticia que seguramente para mis colegas de España será muy impactante pero que no hace sino demostrar las grandes diferencias de mentalidad entre países sureños y centro-nor-europeos. La circunstancia que voy a narrar jamás se podrá dar en Españistán.
Resulta que como médicos que somos en este país, cada profesional debe estar registrado en el BIG, y como especialista (caso de los anestesiólogos) en un registro de especialistas. Todos estos datos son PÚBLICOS y cualquiera puede acceder a ellos para, por ejemplo, ver si algún profesional tiene alguna reclamación pendiente, está investigado o ha sufrido alguna sanción disciplinaria. Para trabajar tienes que estar en ambos registros y cada 5 años volver a registrarte. Pero no de forma automática, claro que no. Debes demostrar y verificar con estas instituciones que has llevado a cabo 200 créditos de formación continuada oficial (no de compadreo pagado por Laboratorios) en forma de cursos, congresos, publicaciones y artículos en revistas de la especialidad, desarrollo profesional y capacitación educativa y docente, etc., etc.. Todo esta organizado de forma milimétrica y no supone molestias para los médicos si se planean las actividades con tiempo. Los gastos que conlleva todo ello para el profesional están pagados por los hospitales y todo ello está oficialmente reconocido por los convenios laborales entre trabajadores e instituciones de salud. Con el re-registro puedes seguir ejerciendo como médico y especialista y demuestras que estás actualizado y al día de todas las novedades en el campo de tu especialidad y, por tanto, ofreces un servicio de gran calidad y seguridad a todos tus pacientes. Todos contentos: tú como profesional, el hospital que te contrata y los pacientes a los que duermes.
La noticia que acabo de conocer es que una colega anestesióloga del Hospital Van Weel-Bethesda, a 60 km de Rotterdam, ha sido despedida por no re-registrarse a tiempo y haber trabajado unos meses sin la debida autorización. Esto ha causado que los seguros médicos se han negado a pagar las actuaciones de esta profesional, pues ella no reunía las autorizaciones pertinentes y los pacientes operados y anestesiados por ella no estaban cubiertos por el seguro a terceros que todos los hospitales tienen. Los pacientes tampoco han soportado los gastos que los seguros se han negado a pagar y por tanto es el hospital quien ha salido económicamente perjudicado.
Este escenario jamás podría ocurrir en Españistán, es más, allí no se requieren re-registros de los profesionales de la salud y por tanto no se sabe si están debidamente actualizados. Yo conozco personalmente muchos profesionales que desde que salieron de su formación como especialistas no han vuelto a tocar un libro para nada.
Tendría que hablar más de la Sanidad pero no quiero que se me revuelvan las tripas por dentro. Así que os dejo sólo con este pequeño comentario. De lo demás, tenéis lo que os merecéis por vuestra condescendencia y pasividad frente a los políticos. Javier
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