Aunque hay muchos monasterios trapenses dispersos por el mundo, sólo unos pocos elaboran las así llamadas cervezas trapenses. A día de hoy estas son:
Achel, tanto en Bélgica (Hamont-Ache) como en Holanda (Valkenswaar). POR VISITAR.
Chimay, en Baileux, Bélgica. VISITADA.
La Trappe, en Berkel-Enschot, Holanda. VISITADA.
Orval, en Villers-devant-Orval, Bélgica. VISITADA.
Rochefort, en Rochefort, Bélgica. VISITADA.
Westvleteren, en Vleteren, Bélgica. POR VISITAR.
Westmalle, en Westmalle, Bélgica. VISITADA.
Mont des Cats, en Godewaersvelde, Francia. POR VISITAR.
Engelszell, en Engelhartszell an der Donau, Austria. POR VISITAR.
Zundert, en Zundert, Holanda. POR VISITAR. Esta será probablemente la próxima excursión que hagamos.
Spencer, en Spencer, Massachusetts, EE.UU.. POR VISITAR.
Estas cervezas son generalmente turbias, de fermentación alta, con la excepción de La Trappe Bockbier que es una lager fuerte. Deben ser preparadas respetando los criterios definidos por la Asociación Internacional Trapense si quieren poder llevar el logo «Authentic Trappist Product» (ATP), emitido por esa asociación. La cerveza del monasterio de Mont des Cats lleva el logo de ATP pero se produce en el monasterio de Chimay, ya que sus instalaciones fueron destruidas por un bombardeo en 1918 durante la 1a Guerra Mundial.
Para que una cerveza pueda ser calificada de “trapense”, debe de responder a una serie de criterios estrictos:
- La cerveza tiene que estar elaborada dentro de las paredes de una Abadía trapense, por los monjes trapenses o bajo su control.
- La cervecería debe depender del monasterio y la cultura de empresa debe inscribirse en el proyecto monástico.
- Generar beneficios no es el objetivo de la cervecería. Una parte de los beneficios se destina a la subsistencia de los monjes y al mantenimiento de la Abadía; el resto sirve para pagar las obras caritativas y las personas necesitadas.
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