Leyendo El País de hoy os podéis encontrar muchas noticias, la mayoría desagradables, malas, depresivas y poco gratificantes: Urdanguarrín, la UE y las agencias de valoración crediticia, el tifón de Filipinas, y muchas más. Pero hay una que debería remover las conciencias de todas las instancias, porque es nuestro futuro como pueblo el que está en peligro:
Cada vez que lo pienso, y con noticias como la que incluyo en este post, me alegro de la decisión de exiliarme en Holanda, no por mí (que también) sino por Javi y Darío. Creo que ellos podrán formarse adecuadamente y contarán con buenas opciones para ser libres en sus vidas y no convertirse en esclavos del sistema, de las subvenciones, de los minicontratos y de las migajas de los que, desafortunadamente, si se están enriqueciendo a costa del pueblo: los políticos, los banqueros, los brokers, las bolsas, etc., etc..
Siempre dije que si no te querían en un sitio tienes que marcharte. Quizás es el momento para que todos esos jóvenes sin trabajo se marchen. Y Holanda podía ser buen destino:
Javier
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