Quisiera dar las gracias a todos los que nos están reconfortando y apoyando en estos días tan tristes. En especial a nuestra familia y amigos cercanos. Siento no poder hacerlo personalmente, me es imposible concatenar tres palabras seguidas hablando de Rey sin que se me encoja el corazón y estalle de nuevo un llanto profundo, de dentro de mi alma, totalmente inconsolable.
Bajar todos los días por la mañana temprano al salón y ver ahora el hueco vacío donde dormitaba nuestro perro, que al vernos se levantaba a darnos un cariñoso lametazo, a contactar físicamente con su camada humana, a mostrar todo su afecto y calor de amigo, es ahora un esfuerzo sobrehumano. A Carmen le sucede lo mismo. Todavía está el cestito con sus cuerdas, con las que jugábamos, todo ello tiene todavía impregnado el olor de su piel.
Me congratulo de que entendáis lo duro que nos está resultando seguir nuestras vidas sin nuestro Rey. Cómo un animal ha podido tener tal impacto en esta familia?. Desde que nació y entró en casa ha crecido con nuestros hijos, en una etapa de nuestras vidas en las que él, sin saberlo, ha servido de nexo de unión para todos. Tal como los niños se hacían grandes y pasaba por la pubertad hasta la vida adulta canina, era menos animal y se iba humanizando con nosotros. De tal forma que sólo con su mirada te hablaba y él con la nuestra sabía qué queríamos. Siempre gozó de salud y nunca, nunca, gimió como signo de protesta o dolor, era fuerte como el granito.
En los últimos minutos de vida hasta quiso ir detrás de un gato que pasó cerca de la ventana, arrastrando sus piernas traseras paralizadas, como si no ocurriese nada con él. Cuando el veterinario acercó su cara a la suya la lameteó como signo de cercanía y amistad, pobre de él, inconsciente de lo que iba a suceder. Su vida fué apagándose poco a poco, mientras iba haciendo efecto la inyección de fármacos en vena. Sólo pudimos acariciarle una vez más, notar el calor de su cuerpo y la respiración cada vez más pausada, hasta que, así lo espero, su alma dejó el cuerpo inerte camino de ese sitio donde habitan nuestros amigos de cuatro patas, en el más allá.
Cuanto te hemos querido Rey y cuanto más te querremos para siempre, hasta el final de nuestros días!!.
Por todo ello, una vez más, perdonadnos, necesitamos tiempo para digerir este amargo trago. Con un beso muy grande, hasta pronto. Javier y Carmen
Carmen, Javier, Javi y Darío presentan su quehacer diario a familia y amigos. Desde Rotterdam (Holanda) os mantenemos informados de todo lo que nos envuelve en nuestras vidas.
Rotterdam
miércoles, 27 de mayo de 2020
lunes, 25 de mayo de 2020
Nuestro Rey nos deja
Hoy, 25 de mayo, casi 12 años después de su nacimiento, nos deja nuestro perro, un Bouvier des Flandres, cabezota y terco, pero todo un amor para su familia, su camada de acogida: la Jefa, siempre Carmen, los niños y yo mismo. Por la mañana preparamos todo para darle un lavadito cerca de casa. Incluso estrenábamos una rampa para que le fuera más cómodo subir a la parte trasera del coche. Pero hoy no podía mantenerse en sus cuartos traseros y hemos ido de inmediato al veterinario. No podía mover sus patas y la barriga la tenía hinchada. El veterinario después de pincharle extrajo sangre de su abdomen y eso sólo podía indicar algún proceso tumoral ya en estadío avanzado. Hacerle pruebas, radiografías y someterlo a una operación no podía garantizar su supervivencia y menos aún no sufrir dolor y padecimientos innecesarios. Con el consejo del veterinario hemos decidido practicarle la eutanasia, hacerlo dormir tranquilamente y dejarlo marchar de este mundo. Este viernes próximo recogeremos sus cenizas en el crematorio.
Nadie puede imaginarse el profundo dolor que tenemos. No dejamos de llorar por nuestro animal de compañía, que para nosotros no lo era así. Rey era todo un miembro de la familia, al que queríamos y adorábamos, y eso lo recibíamos a cambio, nos quería y disfrutaba de su camada, nos cuidaba, nos protegía, era el alma de esta casa. No puedo seguir escribiendo porque las lágrimas no dejan de brotar de mis ojos, mi corazón está partido y me falta el aire. Rey, te hemos querido tanto!. Descansa en paz. Javier
Nadie puede imaginarse el profundo dolor que tenemos. No dejamos de llorar por nuestro animal de compañía, que para nosotros no lo era así. Rey era todo un miembro de la familia, al que queríamos y adorábamos, y eso lo recibíamos a cambio, nos quería y disfrutaba de su camada, nos cuidaba, nos protegía, era el alma de esta casa. No puedo seguir escribiendo porque las lágrimas no dejan de brotar de mis ojos, mi corazón está partido y me falta el aire. Rey, te hemos querido tanto!. Descansa en paz. Javier
Suscribirse a:
Entradas (Atom)