Ya por fin cogí la primera semana de vacaciones. Estos primeros meses de 2017 han sido algo duros. El trabajo a tope en el Hospital y un bajón en mi condición física y salud me han apartado un poco del mantenimiento del blog. La edición de material multimedia se me ha acumulado, así que voy a retomar poco a poco la subida de videos, clips y fotos, ahora que me encuentro más descansado y con más tiempo libre. Eso sí, con meses de retraso a las fechas originales de obtención del material.
Este fin de semana pasado nos hemos tomado unas "minivacaciones" con Darío y Rey. Hemos puesto rumbo a Texel, la más grande de las islas Frisias, al norte del país, situada entre el Mar de Frisia y el Mar del Norte. Se extiende entre 8 km de ancho por 20 km de largo. En realidad hasta 1630 se trataba de dos islas, Texel al sur y Eierland al norte, que se unieron a partir de la construcción de un dique de arena que las separaba (Zanddijk). En 1830 Nicolas Joseph de Cock encabeza la transformación de las planas mareales que las separaba en pólderes, convirtiéndose todo en lo que hoy conocemos como la isla de Texel. El pueblo creado también en el pólder, en honor a su fundador, se llama De Cocksdorp. Una isla ideal para los propietarios de perros, pues salvo zonas determinadas puedes dejar a tu mascota suelta para disfrute del animal en un entorno de naturaleza virgen y protegida. Su costa oeste posee playas kilométricas de fina arena blanca, a las que se llega a través de magníficas dunas, páramos con especies vegetales autóctonas y bosques frondosos.
Salvo la normal presencia de alemanes, la isla es muy tranquila a pesar de ser muy turística. Eso sí, en verano el alojamiento se convierte en una odisea, especialmente si buscas "precios asequibles". Hemos tenido la oportunidad de beber y traernos para casa las diferentes variedades de la cerveza autóctona, de nombre Texels. La fábrica de cerveza se puede visitar. Hay hasta 11 variedades para probar, increíble!. Sus ingredientes son completamente locales, desde el grano de los cereales hasta el agua de las zonas dunares, con menor contenido en cal. Las más apetitosas para nosotros son la dubbel y la bock, por ser más tostadas y más fuertes en contenido alcohólico. Pero las hay para todos los gustos. Para comer, lo típico es todo lo relacionado con la oveja y el cordero.
El videoclip que subo tiene la peculiaridad de contener mis primeras tomas publicadas con mi drone. Todo un reto, pues la isla está a merced de los vientos. Además el sur es zona No-Fly por ser espacio de control aéreo (CTR) del aeropuerto militar de De Kooy, y en el centro de la isla hay un aeródromo del que hay que apartarse si no quieres tener problemas.
Corta, pero intensa, esa ha sido nuestra estancia en Texel.
Javier