Acabo de leer El País y sigo constatando la indecencia total de nuestros políticos. No sólo son capaces de prometer todo lo que crean necesario para obtener mejores ganancias electorales en la próximas elecciones generales y así permanecer chupando de la madre-teta patria, o subirse sus sueldos (ya superinflados desde hace decenios) a diferencia de las miserables subidas salariales de la población media con sueldos de vergüenza. No, faltaría más...Acaban de legislar en el Parlamento, con el visto bueno de TODOS los grupos políticos, que durante dos meses (tiempo en que no trabajan) antes de las elecciones, van a seguir cobrando sus sueldos mensuales (gasto extraordinario de unos cuantos millones de euros para los españoles).
Lo siento pero yo también quiero dos meses más de vacaciones pagadas. ¿Qué ocurriría si nos dejasen expresar nuestra opinión, a todos los que les votamos, sobre esa peculiar idea de servicio a nuestro país?. Valiente panda de desalmados. No tienen perdón. Ni PSOE, ni PP ni IU, ni nacionalistas, ninguno se merece su escaño. Desde aquí propongo que el sueldo de nuestros diputados y senadores se equiparen al del funcionario de la administración general, se racionalicen las dietas cobradas y sean un ejemplo para todos los españoles, empezando por un control de sus bienes y actividades extraparlamentarias por parte de la hacienda pública. Seguro que más de uno volvía a su profesión anterior. Sólo puedo concluir que me avergüenzo de mi Parlamento y que no votaré más o lo haré en blanco en protesta por tan increíble cara dura a espalda de todos los ciudadanos. Javier
Lo siento pero yo también quiero dos meses más de vacaciones pagadas. ¿Qué ocurriría si nos dejasen expresar nuestra opinión, a todos los que les votamos, sobre esa peculiar idea de servicio a nuestro país?. Valiente panda de desalmados. No tienen perdón. Ni PSOE, ni PP ni IU, ni nacionalistas, ninguno se merece su escaño. Desde aquí propongo que el sueldo de nuestros diputados y senadores se equiparen al del funcionario de la administración general, se racionalicen las dietas cobradas y sean un ejemplo para todos los españoles, empezando por un control de sus bienes y actividades extraparlamentarias por parte de la hacienda pública. Seguro que más de uno volvía a su profesión anterior. Sólo puedo concluir que me avergüenzo de mi Parlamento y que no votaré más o lo haré en blanco en protesta por tan increíble cara dura a espalda de todos los ciudadanos. Javier